04 marzo 2024

Debemos ser jóvenes, incluso cuando somos mayores



Puede haber jóvenes muy mayores… y mayores muy jóvenes. 

Es cuestión de la edad. 

De la mental y de la otra.

Queda prohibido cansarse.

Hay que ser curioso siempre.

Podemos ser lo que nos de la gana ser.



Puntos de fuga o puntos de observación, en el Arte

Las formas geométricas son una gran base para la creación de obras. Aunque a simple vista no parezcan formas geométricas puras.

Las líneas, las direcciones de estas, las formas de los elementos, el espacio que ocupan y precisamente los espacios vacíos que dejan.

Todo esto nos ayuda a llevar al espectador hacia un lugar en su observación. 

Puede ser una mirada a un punto determinado, a una zona o una mirada en movimiento que logramos dirigir en el espectador, casi obligándole a buscar algo con la ayuda de una línea visual, una salida o punto de fuga o un motivo.

Podemos llevar su mirada a través de las formas, y a su vez, ayudándonos de los contrastes, del color, de la curiosidad por algunas formas no habituales.


Retoque digital. ¿Permitido o sacrilegio? ¿Hay medida de cantidad?

Hoy se critican en algunos medios y foros las manipulaciones o mejor dicho, trabajos de retoque y postproducción, que le podemos realizar a una imagen de forma digital. Podríamos hablar también de la Inteligencia Artificial, pero de momento no quiero hacerlo.

Son las unas y las otras, posturas complicadas de encajar, pues todo artista tiende a irse a los extremos. 

O no desearían hacer nunca ningún retoque digital, o permitirían todo tipo de trabajo sobre el negativo digital tomado.

Los que venimos del revelado a mano, en laboratorios industriales o de aficionado, pero donde nos fabricábamos nosotros mismos los reveladores, sabemos que ya entonces y de forma artesana, se actuaba sobre la imagen tomada, para lograr más o menos contraste, más o menos tono. 

Se modificaba el tipo de revelador, la temperatura de este, el tiempo, la agitación, tanto en el negativo como en el positivo sobre papel que podría ser blando, duro o intermedio.

Era normal emplear máscaras difusas a la hora de exponer el papel, como lo era el de echar vaho o aliento con la boca sobre el papel mientras se revelaba, en zonas determinadas, para que al tener más temperatura, actuara de otra forma el revelador. Para sacar detalles en las altas luces, por ejemplo.

El mundo digital ha simplificado todo esto, pero los virados existían y existen, los encuadres se realizaban en muchos casos para mejorar la toma, y también había fotógrafos que preferían sacar una zona del marco, para que se viera que la toma positivada era la misma que la fotografiada en negativo, sin encuadre posterior.

En la misma medida había fotógrafos que fabricaban por contacto máscaras sobre las diapositivas y las empleaban sumadas al negativo para modificar colores, sensaciones o texturas.

En Arte Fotográfico, lo único que al final importa es el resultado acabado. Si está bien, si nos dice lo que deseábamos transmitir, las herramientas no importan casi nada.

La imagen está tomada en las escaleras del edificio Espacio Telefónica de Madrid.

Es una cabra aragonesa que sabe muy bien defender sus espacios


Es una cabra aragonesa por haber nacido en Aragón, otra cosa es la raza. Pero si nos fijamos bien, nos mira de cerca pero de reojo, como disimulando, para no querer decir que ella está allí para vigilar a las ovejas de arriba. Si nos movemos un poco más girará su cabeza y nos amenazará con sus cuernos.

Es una cabra aragonesa que curiosamente sabe muy bien defender sus espacios y a su tropa.

23 febrero 2024

Al infierno sólo deben ir los malos de verdad

Al infierno sólo deben ir los malos de verdad, no hay que preocuparse mucho por eso. Tranquilos que si acaso iremos al purgatorio que debe ser lo más parecido a estar aquí, en esta tierra pálida. 

Yo lo he visto claro tras observar esta cajita petitoria para las almas del infierno, los malos de la vida que hay que comprarles agua embotellada de vez en cuando, pues pasan mucha sed.

Con esa cara de malos que tiene los malos, estamos salvados, pues nosotros no tenemos esa car. Y eso que han sacado a los arrepentidos, pues hay uno que incluso en el infierno está orando. 

Eso, o que aunque reces a varios santos a la vez, mucho… no te salvas del infierno, que también podría pasar y entonces la confesión no sirviera para casi nada.

 ¡Uff, qué lío!

Los segmentos…, son también un mundo completo

Los segmentos de algo, son también algo. 

Somos los que somos, y además somos la suma de muchos trozos diferentes, que cada uno se ve desde diversas perspectivas. 

Cada segmento de nuestra personalidad es una personalidad. 

Cada trozo de nosotros, es un yo independiente, que tiene más o menos fuerza según quien lo contempla o lo disfruta o lo sufre. 

Henry Moore nos ha dejado una escultura completa a la que le hemos arrebatado un trozo determinado. 

Este segmento de un todo ya tiene vida propia. 

Es una obra propia. 

Es un cacho, pero es también un todo completo.

A veces los que más pinchan, son los más hermosos


Mucho cuidado con los que pinchan. Pueden aparecer en cualquier sitio y muchas veces se disfrazan de seres maravillosos, llenos de color y de brillos. No te fíes de los primeros guapos que lleguen a tu vida.



Solo los muertos siguen la corriente del río



La capacidad para crear poesía
es completamente distinta a la de estar indignado.


La gran fiesta de las quejas 
son el descubrimiento de pequeñas frases grandes, 
de mensajes que levantar la moral, la rabia, la razón.


Si algo quedará en todo proceso de indignación popular,
son sus frases,
sus quejidos,
sus sensaciones sobre papel.



18 febrero 2024

Un patio español con calma, macetas y una fuente


Es un rincón de un patio español, puede que con una historia árabe detrás o dentro, pero un patio español. 

Agua, decoración en las paredes y puertas, macetas con flores, silencio roto por al agua de la fuente, y tranquilidad.

Podemos imaginarnos que este rincón no es nada si enfrente no tiene unos sillones para sentarse a contemplarlo. Y así será, seguro. Así es, pues lo utilicé yo para lo que está hecho.

Ahora ya no se toma té o café, un error, aquí no debería estar permitido nada que no fuera un té con galletas de miel y almendras, pero esa es otra.

15 febrero 2024

Un carro viejo en los campos de Castilla la Vieja

Un carro muy viejo en unos campos viejos de Castilla la Vieja. Es el fin de unas épocas, de unos tiempos ya muertos. Nada vuelve, una vez se logra superar su pérdida. 

Y quedan los esqueletos de los válidos, de los que fueron útiles y ahora son simplemente un bello objeto de basura. 

Fueron herramientas de pan y mies, ahora sólo son un objeto sin dueño pues este ya murió antes. 

Nadie cuida a nadie cuando quedas varado en la nada.


13 febrero 2024

La Galicia que visitó Ruth Matilda Anderson en 1926


La fotografía social, la que nos retrata a todos nosotros, en el presente o en el pasado es un lujo pues nos lleva al conocimiento de las distintas épocas de la vida, de las sociedades. Son el principal motivo por el que el nacimiento de la fotografía fue tan importante en la historia de la humanidad.

¿Qué se pagaría hoy por un retrato auténtico de Cristo? ¿Y por el interior de una taberna romana en Tarraco?

Esta fotografía es de la fotógrafa norteamericana Ruth Matilda Anderson de marzo de 1926, cuando ella tenía 32 años, mostrando en la localidad de Amoedo en Pontevedra a un afilador y vender de paraguas, junto a su aprendiz.

Según dice Wikipedia de esta artista: En su primer viaje por Galicia tomó unas 5.000 fotografías, muchas de las cuales aún permanecen sin positivar y compró otras 2.800 a fotógrafos locales. En el segundo viaje tomó unas 2.800 fotografías. Las imágenes, por lo general, cubren el entorno rural y artesanías tradicionales. Estuvo acompañada por su padre que escribió un diario. Viajaron con un Ford de alquiler con un chofer francés. En las fondas donde se hospedaban improvisaban un cuarto oscuro para ir revelando algunas fotos.

09 febrero 2024

Los aburridos viven dentro. Los viciosos fuera

Las ventanas no siempre son para asomarse. Hay civilizaciones que huyen de ser vistos, que abrazan el interior, el secreto de la familia, que viven de espaldas a la calle. 

Sus paisajes son siempre interiores, pero necesitan que entre aire renovado, que corra el viento por dentro, que salgan los demonios de la noche.

Para eso, con unos pequeños agujeros que sirven de escapatoria, por donde los diablos nocturnos escapan al amanecer, tienen suficiente. 

No se ven los rojos con cola de pinchos, pues son transparentes, pero se notan pues el vicio inunda las calles que es donde ellos pululan cazando débiles. 

Por eso las personas de bien se esconden dentro de los hogares, para no ser pillados. Son los mál llamados “aburridos”.

La nubes son líquidas, pero ellas lo ignoran


Esos cielos de tarde, que no sabes si amenazan o avisan del cambio de tiempo, los miramos con respeto esperando a que evolucionen, para intentar adivinar sus intenciones.

Ya iremos viendo. 

Lo curioso es comprobar la velocidad a la que se transforman las nubes en otras nubes muy diferentes.





El 3.900 como indicativo de muerte roja


Detrás de este 3900 hubo alguien. Una persona. Una persona inocente de todo lo que no fuera vivir dentro de una guerra. O como yo. Una persona viva y a la vez una persona casi muerta. Un comunista o un socialista po el color del distintivo. Pero entonces era un simple número.

Lo sabemos, sí. Se diferenciaban por el color del trozo de tela. Este era color rojo. Un candidato a morir por ser comunista teórico. Un comunista o un socialista rojo en el campo de exterminio de Sachsenhausen cerca de Berlín. Una ropa ocupada por un ser humano como uno de los 30.000 asesinados cerca de Berlín, simplemente por tener ideas diferentes. 

Pudo ser incluso el traje de algún prisionero español, no lo sabemos, pero allí —entre ese bosque que hoy sigue existiendo para revolver tripas— había varios cientos de conciudadanos españoles y entre ellos Francisco Largo Caballero, un presidente socialista enfermo al que Franco, ese señor bajito, mandó encerrar allí pero no matarlo él. Sólo quería hacerle sufrir. Saber él, el dictador, que lo estaba haciendo sufrir.

Cuando el peligro viene desde atrás


Me parecía imposible descansar, sentado en el sofá, con tamaño peligro encima y sobre mis espaldas. 

¿En qué momento se me caería encima todo lo que me está asomando desde la espalda?

Había que anticiparse y cambie el sofá de lugar, dejando al peligro solo a su aire.