09 febrero 2024

El 3.900 como indicativo de muerte roja


Detrás de este 3900 hubo alguien. Una persona. Una persona inocente de todo lo que no fuera vivir dentro de una guerra. O como yo. Una persona viva y a la vez una persona casi muerta. Un comunista o un socialista po el color del distintivo. Pero entonces era un simple número.

Lo sabemos, sí. Se diferenciaban por el color del trozo de tela. Este era color rojo. Un candidato a morir por ser comunista teórico. Un comunista o un socialista rojo en el campo de exterminio de Sachsenhausen cerca de Berlín. Una ropa ocupada por un ser humano como uno de los 30.000 asesinados cerca de Berlín, simplemente por tener ideas diferentes. 

Pudo ser incluso el traje de algún prisionero español, no lo sabemos, pero allí —entre ese bosque que hoy sigue existiendo para revolver tripas— había varios cientos de conciudadanos españoles y entre ellos Francisco Largo Caballero, un presidente socialista enfermo al que Franco, ese señor bajito, mandó encerrar allí pero no matarlo él. Sólo quería hacerle sufrir. Saber él, el dictador, que lo estaba haciendo sufrir.