La fotografía callejera tiene también estos ejemplos de la Celtiberia más personal, de la sociedad mas diferente, de la realidad etérea que va y viene y nunca lora sus objetivos. Si la fotografía no existiera no existirían en el tiempo estas postales. Podemos imaginarnos en los siglos viejos, en el XII o en el XV a personas parecidas pregonando sus ideas. No podemos saber casi nada de ellos pues no fueron fotografiados.
La labor notarial de cada momento también le corresponde a la fotografía callejera, urbana o no, de sociedades que se mueven en los tiempos.