Tu sabes bien que desde cualquier sitio nos pueden estar observando, que nos miran y nos remiran para saber qué hacemos. Es cosa de los nuevos tiempos.
Detrás de cada ojo de mentiras, puede haber un ojo de verdad observando nuestros pasos.
E incluso puede suceder que no seamos capaces de ver los ojos que nos miran, pues los disfrazan para que no se noten.
Al final, no nos debemos preocupar con tanta vigilancia, es tan excesiva que no les da tiempo a poderla analizar bien.













