Los pajarillos negros, los tordos de pico amarillo que nos invaden ls ciudades para dormir, aparecen todas las tardes de invierno al finalizar la luz, y como sus recorridos son largos, tienen que ir descansando cada cierto tiempo, pues los viajes son cansados para aves de este tamaño. Y se quedan por las antenas a descansar, agarrándose a los vástagos. No faltan a su cita diaria, se conocen el cielo de media altura mejor que nosotros.