07 marzo 2016

Un sueño en rojo que se salía de la cabeza enmarcada

Francisco Javier, Francisco entonces, Javier ahora, era (es) un artista de mano fácil, un dibujante que tanto creaba personajes terroríficos o mutantes, como viñetas con doble intención o abstracciones soñadoras. Capaz de hacer una caricatura en segundo, daba gozo verle mover su lápiz o rotulador por cualquier papel que pillaba. ¿Quien dijo que sin lienzo no se puede pintar? De pintar no podía vivir, de dibujar menos. Y tras ganar algunos premios en cartelería institucional cambió de oficio. Este sueño lo conservo en mi pequeño museo, como muestra de otros tiempos muy viejos.