Parecía que llovía pero era agua seca, era de ese tipo de agua que no moja, agua de fuente decorativa que llama la atención.
Se había unido el sol de tarde, el que cae de lado, el que alumbra los brillos como ninguno. Solo había que acercarse y empezar a girar el cuerpo un poco buscando la posición de los brillos para verlo con intensidad.
Se había unido el sol de tarde, el que cae de lado, el que alumbra los brillos como ninguno. Solo había que acercarse y empezar a girar el cuerpo un poco buscando la posición de los brillos para verlo con intensidad.
Me tuve que mover yo pues ni el sol quiso modificar su posición para la foto ni yo fue capaz de mover la fuente.
El agua no me hizo ni caso. Iba a lo suyo, siempre cayendo hacia abajo, si nada estuviera sucediendo, como si el sol no la estuviera atravesando.
Debía ser agua seca, pues ni me mojó.
El agua no me hizo ni caso. Iba a lo suyo, siempre cayendo hacia abajo, si nada estuviera sucediendo, como si el sol no la estuviera atravesando.
Debía ser agua seca, pues ni me mojó.